Cuando llevas un par de horas despierto, en la cama, sin poder conciliar el sueño, aún no son las cinco de la madrugada, y haces fotografía de paisaje, aprovechas el insomnio y sin pensarlo mucho dejas la cama y te vas a fotografiar el amanecer, a una hora de camino en coche, por que no. Es así.

Una hora antes de la salida del sol ya estaba junto a la pasarela, en la playa de Xilxes en Castellón. Esa hora es mi preferida para empezar a fotografiar el amanecer. En esos momentos la luz a simple vista es escasa, pero la captada en una larga exposición, es extraordinaria.

El lugar tiene algunas composiciones interesantes, según la época del año en la que nos encontremos. Este días desde el lado derecho de la pasarela, componemos con ésta a contraluz, las olas en movimiento y las redondeadas rocas de la orilla. Por el contrario, cambiando el punto de vista sobre la pasarela pasando a la izquierda de ésta, conseguimos la dorada luz del sol reflejada sobre la barandilla, o sobre las rocas mojadas, y las olas llegando a la playa de pequeñas piedras.

Desde un primer momento el cielo estaba algo cubierto pero con espacio sobre el horizonte para dejar espacio al sol, aportando color al cielo. Utilicé un filtro degradado para compensar el exceso de luz del cielo con respecto a la zona inferior con las rocas. Tras unos quince minutos las nubes se trasformaron en un nubarrón que cerró el cielo cubriendo el sol. Acabó el amanecer, algo antes de lo esperado.

Tuve tiempo de hacer algunas fotografías de detalles sobre las rocas y de algunas olas desapareciendo entre las pequeñas piedras de la orilla.

También tuve la ocasión de charlar durante unos minutos con otro fotógrafo de la zona que como yo, salió a fotografiar el amanecer.

Y antes de volver, dada la hora, era el momento justo para desayunar en un local cercano, tranquilamente, junto con los más madrugadores de la localidad. Después vuelta a casa.

El resultado, varias imágenes con suaves colores, luz en las olas y una solitaria farola sobre la pasarela sobre el mar.