Parafraseando «El viaje es es camino»
Para mi, fotografiar el paisaje no significa encontrarse en un bonito lugar y disparar la cámara coleccionando encuadres y composiciones diferentes, tratando de que una imagen sea mejor que la anterior.
Desde el mismo momento en que preparo mi equipo en casa, comprobando que la mochila tenga todo lo necesario, comienza una especie de ritual. Una meditación activa con la cual preparo mi mente para que se abra a los sentidos y a las energías que voy a encontrarme. Después comienzo el viaje a un lugar en ocasiones predeterminado pero que en otras es fruto de la aventura y de dejarse llevar.
En carretera o por caminos, en mi vehículo o a pie, siempre intento estar receptivo. No solo con la vista. Todos los sentidos trabajan para detectar algo que atraiga mi atención. Mi estado de ánimo previo, aquel sobre el cual me centré preparando el equipo o mientras hacía el trayecto, determinará que tipo de sensaciones sean las más intensas y acaben por llevarme al lugar final donde comience a observar.
Un prado con algunos árboles, un rincón en un riachuelo, una roca sobre un montículo o los restos de un caserío entre amapolas, envían señales que entenderé de una u otra manera. Puede ser que sienta tristeza, melancolía, felicidad, paz o euforia, pero algo debo sentir para comenzar a pensar en sacar mi cámara de la mochila.


El ritual sigue mientras preparo el trípode o la cámara, mientras imagino un encuadre o una composición. Veo antes de mirar por el visor. Ajusto el encuadre, modifico los valores de la cámara y solo si me satisface lo que veo, disparo.
Puede ser frustrante volver a casa con pocas o incluso con ninguna fotografía, pero solo se llega a esa frustración cuando no has disfrutado del trayecto completo, desde preparar la mochila antes de salir hasta guardarla en el armario a la vuelta.
Encontrarme receptivo en la naturaleza, sentir la brisa, escuchar sonidos, captar los olores, ver colores o luces es, de por si, una alegría. Si además consigo una sola imagen que transmita, es toda una satisfacción.